
¿Qué es la Psicología Humanista?
Sus antecedentes filosóficos se remontan a Rosseau (“el hombre es bueno por naturaleza”), a la Filosofía francesa (“dignidad, individualidad, libertad humana), a Fromm (“el hombre es capaz de superarse a sí mismo”), a Frankl (“el hombre es capaz de decidir, experimentar y comprometerse a pesar de las fuerzas exteriores”). También pueden señalarse ciertos autores u orientaciones que habían desarrollado previamente, de manera particular, puntos esenciales para la Psicología Humanista. Así Franz Brentano había criticado la aproximación mecanicista y reduccionista de la psicología en cuanto ciencia natural, y proponía el estudio psicológico de la conciencia como acto intencional y no como un contenido molecular y pasivo. Oswald Kúlpe sugería que no toda experiencia consciente podía ser reducida a formas elementales o explicada en términos de contenido, y autores como Wilhelm Dilthey o William James argumentaron contra el mecanismo en la psicología, proponiendo centrarse en la conciencia y el individuo total.
La Psicología Humanista contiene un amplio espectro de enfoques, métodos y técnicas relativas al pleno desarrollo de las capacidades humanas, entre ellas la Terapia Existencial que se centra en explorar el significado de ciertos temas a través de una perspectiva filosófica, en lugar de un enfoque basado en la técnica. La Terapia Gestalt que puede ser traducida como un “todo” y se centra en la totalidad de la experiencia de un individuo, incluyendo sus pensamientos, sentimientos y acciones ganando conciencia de sí mismo en el “aquí y ahora”. Por otro lado, el enfoque Centrado en las Necesidades Humanas es un tipo de psicoterapia que se basa en la premisa de que los seres humanos tienen un conjunto de “necesidades básicas” innatas y si estas necesidades no son satisfechas, la angustia psicológica puede aparecer. La Terapia Breve, por ejemplo, se orienta a lo que el individuo quiere alcanzar en lugar de buscar en la historia del individuo. Las preguntas se formulan por el terapeuta para ayudar a la persona a descubrir sus propias fortalezas y recursos. La terapia centrada en la solución puede ser especialmente útil para aquellos que están orientados a objetivos y tienen un deseo claro de cambiar. El Análisis Transaccional está basado en la teoría de que cada uno tenemos tres estados del yo: Padre, adultos e infantiles. Mediante el reconocimiento de estados del ego, el análisis transaccional intenta identificar cómo las personas se comunican, y cómo esto se puede cambiar.
En definitiva, en la Psicología Humanista la suposición básica es que el ser humano no desarrolla todo su potencial a causa de las restricciones sociales a que se ve sometido en su vida ordinaria ya desde el nacimiento y a través de la educación. Se trata, por tanto, de proporcionarle nuevas experiencias que posibiliten su renacimiento y reeducación interesándose por todos los campos donde pueda producirse una expansión de la existencia humana.